“Se vive muy intensamente la sensación de velocidad”
- ¿Qué sentiste al realizar tu
primera bajada en un bobsleigh?
- Sinceramente, la
primera vez volqué y me estrellé. Normalmente se usa un casco de seguridad, un
casco como los que se usan cuando vas en moto y, como yo no tenía todavía uno
propio en ese momento, me lo dejó un amigo. Al no ser mio, no me encajaba bien,
se me empañó y no pude ver nada, ¡bajaba ciego!. En la curva número diez o once
volqué. La verdad es que lo pasé un poco mal. Es cierto que se vive muy
intensamente la sensación de velocidad, pero lo más curioso es que necesitas
algo de tiempo para que se adapten los ojos, y la vista a la velocidad.
- ¿Qué velocidad se llega alcanzar?
- Normalmente la pista
tiene 1300-1800 metros y se compone de entre catorce o veinte curvas. La
velocidad que se puede alcanzar depende, en Austria solemos andar sobre 120
km/h y en Suiza unos 135 km/h.
- ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de realizar descensos con el bobsleigh?
- Nosotros al ser
adaptado entrenamos menos que los profesionales, por lo pasan unos ocho
meses sin entrenar. En esas condiciones, al principio siempre cuesta adaptar
los ojos a la velocidad. Cuando llevas un par de días ya te acostumbras. Por lo
demás, los circuitos se aprenden de memoria, de hecho, no te dejan bajar si no
es así. De esta manera, das las curvas por inercia: las conoces y sabes como
realizarla.
- Hace cosa de 4 años
la Federación Internacional sacó el bobsleigh y un amigo me ofreció la
posibilidad de probar este deporte y para ello ¡tuvimos que ir hasta Austria!.
Fue una experiencia que me gusto tanto que aquí sigo.
- ¿Cómo es el entrenamiento en este
deporte?
- Los adaptados vamos
una semana antes al circuito en donde se va a competir y el proceso es el
siguiente: cuando llegamos al circuito hacemos el trackwalk, que consiste en
caminar por la pista para conocerla. En adaptados, tenemos mucha ayuda y al
realizar el trackwalk la gente que va en silla de ruedas es acompañada por
voluntarios que sujetan la silla para que no se deslice y los que somos
amputados, nos ponemos una especie de trampones para ir bajando la pista. Vamos
parando en cada curva para valorar qué es lo que hay que hacer, cómo se toma la
salida, etc. Posteriormente comenzamos a hacer bajadas, tres o cuatro cada día,
durante una semana y los fines de semana se realizan las carreras.
- ¿Qué es lo más complejo a la hora
de practicar este deporte?
- El tema económico es
el mayor problema. Es un deporte caro en el que se tiene que viajar mucho y hoy
en día no tenemos ninguna ayuda. La Federación Española me pagaba las
inscripciones a las carreras y el resto corre de mi cuenta. El año pasado para
ahorrar costes, alquilamos una furgoneta junto a otros deportistas
internacionales y fuimos de una competición a otra de esta manera.
- Los golpes y las caídas serán muy
habituales en el día a día.
- Hace dos años, fui a la
Copa del Mundo a Austria, aquella pista en la que volqué en mi primer descenso,
y se me rompió la dirección para girar el bobsleigh, por lo que no podría
dirigirlo. Me pegué un golpe bastante grande y llegué volcado a meta con dos
costillas fisuradas.
- Hay jueces en la
salida, otros vigilando las cámaras del circuito y otros en diferentes puntos
de las pistas. Los cuales, si ven algún problema o alguna cosa que no está como
tiene que estar, paran automáticamente la carrera. Estas en un aparato a más de
100km/h y cualquier cosa que salga de lo normal puede acarrear un accidente
grave.
- ¿Qué elementos de seguridad y
prevención se requieren?
- El equipamento de
protección individual es un casco integral y luego depende de cada uno. Además
de esto, normalmente llevamos un cinturón para ir anclados, porque los
amputados por ejemplo, que no llevamos prótesis a la hora de practicar este
deporte, y los que van en silla de ruedas, no tenemos un apoyo para mantenerte
en la posición correcta y al descender
por la pista la fuerza del trineo te mete hacia dentro, hasta el punto de
perder la visibilidad. Otra opción es ponerse protección en los hombros para no
ir pegando en las paredes del bobsleigh y en las rodillas. Pero eso depende de
cada uno, de lo que tú por tu cuenta quieras. Lo que es fundamental es el casco
y una protección para los ojos. Además de esto, nosotros en la parte trasera
llevamos una aleta de tiburón para que en caso de vuelco la cabeza no pegue
contra el suelo.
- ¿Cómo es vuestra preparación física?
- Yo principalmente
trabajo el cardio y hago pesas, y especialmente me cuido la espalda, la parte
baja. Esta zona no está cubierta como en la Formula1 y en la propia bajada
recibes bastantes golpes que poco a poco hacen que se resienta la espalda.
- Prevención, seguridad,
entrenamiento… pero tal vez saber caer será fundamental también en este
deporte, ¿verdad?
- Sí, es muy difícil
pegar con el casco en el hielo, pero lo que hay que hacer es echarse atrás todo
lo que se pueda y girar de lado la cabeza. De esta manera, puedes tocar un poco
con el casco, pero no pegar fuertemente contra el hielo. Lo que sí es
importante es llevar el casco atado correctamente. Con un pequeño golpe a esa
velocidad el casco podría volar y eso podría tener consecuencias catastróficas.
Es habitual volcar, pero si llevas casco el daño se minimiza mucho.
- Al principio de esta entrevista te
preguntaba sobre la sensación que tuviste en esa primera bajada, pero ahora que
llevas años practicando este deporte, ¿qué sientes?
- Sigo sintiendo esa
sensación de velocidad, esa adrenalina del primer día y me gusta mucho.
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
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