El cuerpo humano ha de mantenerse a una temperatura corporal constante de
37°C para poder preservar la salud y disponer de energía.
La exposición laboral a ambientes
fríos en la realización de trabajos al aire libre (construcción, agricultura) o en
determinados ambientes industriales (cámaras frigoríficas, almacenes fríos,
etc.) puede provocar riesgos de tipo térmico, dependiendo de la temperatura y
la velocidad del aire.
Ingerir alimentos ricos en grasas,
vestirse con varias capas de ropa y protegerse las extremidades son algunas de
las recomendaciones para preservar la temperatura corporal.
Si quieres conocer más sobre este tema, te recomendamos:
- Guía Osalan Trabajo a Bajas Temperaturas
- Notas prácticas INSHT Exposición Laboral al Frio
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