El agua es un
compuesto químico inorgánico simple que se forma a través de dos átomos de
hidrógeno y uno de oxígeno. El agua es un elemento esencial para nuestro
organismo.
Pero esta materia incontrolable que
da vida, también puede quitarla.
José Manuel Díez
Herrero, Delegado de la Federación de Salvamento y Socorrismo de León,
y profesor de la
Escuela Municipal de Salvamento y Socorrismo del mismo
municipio, explica cuál es la situación real del riesgo en piscinas y playas.
-A pesar de todas las tragedias que
escuchamos o leemos a través de los medios de comunicación en esta época del
año, ¿son realmente las piscinas escenario de muchos accidentes?
-No, no son tan
peligrosas, pero muchos accidentes se podrían evitar simplemente con mejorar la
prevención. De todos modos, me gustaría
matizar que la prevención
hay que medirla de dos formas: Por un lado, a través de la mejora de las
instalaciones y la señalética, como por ejemplo, vallar las piscinas infantiles
para que no tengan acceso a otras piscinas, más carteles informativos en las
entradas al vaso (no sólo en taquilla y vestuarios ya que los usuarios no
suelen leer), mejor visualización de las medidas de profundidad de piscina
(colores más llamativos y mejor señalizados tanto horizontal como vertical).
Por otro lado, la prevención que realiza el socorrista
haciendo cumplir la normativa. Para estas medidas de prevención la Real
Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) está otorgando las
banderas de seguridad SAFE aquellas instalaciones que reúnen los requisitos de
seguridad aceptables como medidas preventivas y de seguridad de la instalación,
protocolos de rescate, número de SOS y su formación.
- ¿Son los niños principalmente los
que sufren este tipo de accidentes?
-Según las estadísticas
ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud, cada hora mueren cuarenta
personas por accidentes relacionados con el medio acuático en todo el mundo. En
concreto en España, se estima que son seis personas a la hora. Y según un
porcentaje aproximado: de cada diez muertes seis son personas mayores y cuatro
son niños. Sin embargo, nosotros damos especial importancia a los niños en la
vigilancia y en la prevención, y uno de los principales problemas que tenemos
en este ámbito son los padres: cuando llevan a los críos a la piscina, por
ejemplo, para que se diviertan, les dejan “un poco libres” por decirlo de
alguna manera, y las piscinas no son guarderías. Los socorristas no pueden
controlar un volumen de niños tan grande, cuando además no están siendo
controlados por su padres. Muchas veces nos vemos obligados a echar fuera a
niños de las piscina, precisamente como medida preventiva y esto, a los padres,
les choca. Incluso alguno de ellos ha llegado a contestar que el socorrista está para
"cuidar a sus hijos". Lo más penoso de todo esto es que el usuario
que protesta no se ha leído la normativa cuando entra por la puerta y exige y
protesta sin saber. Lo que tiene que tener en cuenta el usuario es que cuando
entra en la instalación acepta las normas de funcionamiento y debe hacer caso a
las indicaciones de los socorristas y demás personal.
-¿Qué consejos darías a los padres?
-Sobre todo estar muy
pendiente de los niños, nunca hay que descuidarlos. Un niño en veinte segundos
se puede ahogar. Estamos constantemente escuchando noticias en la prensa sobre
accidentes de este tipo y muchas veces es por descuidos de los padres, ya sea
porque el niño se ha escapado o porque haya ido a otra zona que cubre más y se
ha ahogado. En consecuencia y como medida preventiva, yo diría que los padres
deben estar continuamente vigilando a sus niños. Nosotros por nuestro lado,
estamos intentando reforzar la idea de que los niños aprendan a nadar cuanto
antes. Algo que ha incluido en sus últimos requisitos la OMS, ya que se ha dado
cuenta de que muchísima gente muere en el agua y, por ello, ha dado voz de
alarma a todas las instituciones pidiendo que se tomen medidas preventivas para
que se enseñe a la población a nadar. Por eso nosotros enseñamos a los
niños de cuatro a dieciséis años a nadar
a través de la escuela Municipal de Salvamento y Socorrismo, para que luego a
los dieciséis años interioricen los conocimientos.
-Los famosos flotadores y manguitos
que nos ponían nuestros padres resulta que ya no son tan seguros.
-Cuando un padre viene
con su hijo con flotadores, manguitos,... y no le dejamos entrar, los padres se
ofenden. Pero nosotros solo seguimos las pautas que marca el Ministerio de Sanidad que dice que recomienda
la no utilización de flotadores y manguitos, pero si el uso de chaleco salvavidas.
Un niño en un flotador se puede dar la vuelta en el agua y los manguitos sin
querer se los puede quitar, romper y etc. No son elementos demasiado seguros y
el problema es que se suele considerar seguros y los padres se suelen relajar y dan por sentado que sus
hijos están seguros con estos medios de flotación, nada más lejos de la realidad. Es más algunos padres dejan a sus hijos solos
flotando sin conocer los riesgos que he comentado anteriormente. Algunos de
ellos hasta se echan la siesta. Obligando al socorrista a sacar al niño por el
peligro que supone para él mismo y para el resto de usuarios.
-¿Es el trabajo de los socorrista un
trabajo tan estresante como nos imaginamos?
-Más que el estrés es
el volumen de trabajo que se mueve. En estos momentos son fechas puntuales de
máxima afluencia y lo que tiene que entender el usuario es que nosotros no
podemos estar a la vigilancia de todos los usuarios. El socorrista tiene que
hacer cumplir la normativa para evitar accidentes y muchos padres se enfadan
cuando les adviertes de las cosas que no pueden hacer sus hijos o se les
recomienda el uso de una piscina en vez de otra. En algunos casos incluso se
enzarzan en una discusión y claro, todo el tiempo que se dedica a la discusión
o aclaración de la normativa, el
socorrista no está realizando su labor de vigilancia y la prevención de
accidente, poniendo incluso en peligro los usuarios que hay en la piscina.
El usuario debe
entender que nosotros no podemos vigilar a todas personas que estén en la
piscina ya que nos enfrentamos a que dos "ojos" no pueden ver todo lo
que realizan 250 o 500 usuarios en el agua. El socorrista vigila a través de
barridos visuales y no pude detectar todo lo que sucede.
-¿Hasta qué volumen máximo de
usuarios puede depender un solo socorrista?
-Depende mucho del tipo
de piscina y su volumen, pero la normativa marca que cada usuario tiene que
tener tres metros cuadrados para poder nadar en piscinas cubiertas y dos metros
cuadrados en piscinas descubiertas.
-Aparte del agua, existen otras zonas
de riesgo en las piscinas, ¿verdad?
-Los principales
riesgos que se pueden tener son: cortes, picaduras, golpes de
calor, mareos, hidrocución, caídas y golpe. Generalmente ahora las
piscinas tienen un suelo antideslizante para que no resbale y evitar este tipo
de accidente.
-Los ahogamientos en piscinas ,
especialmente cuando son niños, suelen tener una mayor repercusión mediática,
sin embargo las playas tienen más peligros.
-El mayor peligro de
las playas son por un lado, las corrientes y, por otro, que la gente no tiene información suficiente
cuando va a bañarse sobre la playa en la que está. Te pongo un caso muy
concreto: mucha gente no sabe ni siquiera el significado de las banderas. Por
ejemplo, una bandera roja significa “Prohibido el baño”, sin embargo hay gente
que a pesar de la bandera sigue metiéndose al agua.
Cuando vas a una playa
existen unos paneles con toda la información necesaria como la temperatura del
agua, la pleamar, la bajamar, las corrientes, etc. Algo que mucha gente
desconoce o que no presta atención. Estas personas cuando van a bañarse en el
agua por desconocimiento se meten en la zona donde no hay olas, que es
posiblemente donde haya corriente. Hay que informarse para saber cuáles son las
corrientes de la playa para que, por ejemplo, no te metan mar adentro. Nosotros
hemos creado una campaña escolar en los colegios públicos de León para informar a los más pequeños de
todas estas cosas ya que el objetivo es que los niños aprendan e informen a sus
padres y amigos. Para que cuando vayan a las playas les digan: “tenemos que
mirar los carteles o pregunta al socorrista para saber donde están las
corrientes de retorno, donde nos podemos bañar,
cuando el mar es más peligroso”. Muchos de los ahogamientos se producen
por imprudencias. Un ejemplo claro: cuando somos arrastrados por una corriente,
¿qué hacemos? Intentar nadar de una manera desesperada hacia la orilla por el
mismo sitio que somos arrastrados. Lo que deberíamos hacer es nadar en paralelo
a la playa y tratar de buscar las rompientes de olas, ya que la ola siempre
rompe en la orilla y nos va a llevar a la playa. Esto tan importante lo
desconocen la mayoría de los usuarios.
Sólo con este ejemplo podemos salvar una vida.
-¿Cómo valoras el nivel de
conocimiento de los niños que acuden a vuestra campaña de información?
-Teniendo en cuenta que
nuestros alumnos proceden de una provincia no cercana al mar, son muchos los
niños que no tienen nociones de este tipo. Incluso hay padres que nos confiesan
no saber muchas cosas de las que mostramos en la campaña. Muchos de nosotros
cuando subimos a las playas del Cantábrico desconocemos todo, porque es la
primera vez que estamos en ese medio.
-¿Cuántos años son ya en la
profesión?
-Empecé muy jovencito y
me metí a socorrista porque me gustaba mucho el medio acuático y llevo ya
veinte años. En estos momentos estamos enfocando mucho nuestra fuerza y energía
a la enseñanza de los niños porque entendemos que son una fuente de riesgo. Por
ello, estamos intentando enseñarles a nadar, darles nociones de salvamento y, a
nivel preventivo, explicarles cómo evitar accidentes en el medio acuático.
-Durante eso veinte años, ¿alguna
anécdota que contar?
-Anécdotas muchísimas a
lo largo de mi vida, tanto a nivel de rescate como actuación en medio acuático.
Pero lo que más me ha impactado es cuando los niños a los que estamos enseñando
socorrismo nos dicen: “Me lo he pasado muy bien, he disfrutado y he aprendido
algo tan grande como salvar vidas”. Esto hace que me sienta orgulloso de mi
profesión y el de la Federación y que quiera seguir continuando en este
trabajo.
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
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