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“Los humanos no somos conscientes de los peligros que puede traer un mal uso del mar”

Vive pendiente siempre del teléfono, siempre alerta, pero atiende a las preguntas que desde El Faro de la Seguridad le realizamos con gran amabilidad y poniéndose muy serio cuando habla de su función laboral. Y es que Koldo Larrazabal, Responsable Foral de Salvamento y Socorrismo (Cruz Roja Vizcaya), adora su trabajo, a pesar de que no siempre éste sea gratificante ni le muestre la mejor de sus caras. Cuando todos disfrutamos de la playa, el mar, la arena, etc., siempre hay personas que velan para que esta inmensa masa de agua no sea el escenario de finales dramáticos. Equipo de Salvamento y Socorristas realizan un trabajo coordinado para que la seguridad prime ante el ocio. 

¿Cuáles son los principales casos en los que se requiere de vuestro trabajo?
Los traumatismos, cortes y heridas son los casos en los que se dan la mayoría de las intervenciones. También las picaduras, lipotimias y la atención a enfermedades son parte de nuestro día a día. Por otro lado, existen los rescates a personas dentro del agua, que ocupan un diez por ciento de nuestras actuaciones, más o menos, a veces por imprudencias, otras ocasiones por las fuertes corrientes o por problemas físicos de las personas…, hay de todo. 

¿En qué playas vizcaínas la gente se toma más en serio las normas de seguridad? 
Yo creo que, en casi todas, la gente suele respetar las normas. Siempre existen casos en los que no. Es como en la carretera. Hay personas que se toman muy en serio las normas de circulación y otras, sin embargo, se saltan semáforos. Aquí ocurre lo mismo; hay gente que hace caso a los socorristas y otras que se saltan las banderas. Pero, por lo general, los usuarios de las playas se portan bien. Incluso existen encuestas externas elaboradas por la Diputación Foral en las que se da una valoración positiva a las playas vizcaínas en materia de seguridad. 

Para trabajar en un equipo de seguridad en el mar y la playa, ¿qué no debe faltar nunca en un profesional?
Una buena forma física y una gran capacidad de análisis de los riesgos. 

¿Qué casos más frecuentes se generan por la imprudencia de la gente a la hora de bañarse en el mar? 
La falta de responsabilidad suele dar lugar a los rescates, curas de cortes y heridas, así como la atención en traumatismos.
Los bañistas, por lo general, no se dan cuenta de que, mientras ellos están disfrutando, hay personas en alerta que velan por su seguridad

¿Qué gestos o acciones, por parte de los usuarios, ayudarían a evitar sustos en las playas y costas? 

 Los usuarios de las playas, por lo general, se dan cuenta de que estamos cuando más nos necesitan, pero creo que siguiendo las indicaciones de los socorristas, se evitarían la mayoría de situaciones peligrosas. Los últimos años hemos hecho un gran esfuerzo relacionado con la prevención, que supone el 90% de nuestro trabajo. La mayor parte de las veces, la gente responde bien, pero siempre hay casos de todo tipo.

El sol aprieta cada vez con más fuerza. Las noticias nos advierten de que hay que ser cautos con los rayos ultravioleta actuales. ¿Qué medidas de seguridad nunca pueden faltar en este plano? 
Es frecuente ver que hay personas que no usan la crema adecuada, o que se la hecha cuando llega a la playa, cuando es muy importante aplicársela una hora antes de la exposición al sol. A veces, preocupa más el hecho de ponerse moreno que las consecuencias que puede tener el mal uso del sol. Además, no hay un nivel de protección ocular adecuado. Lo ideal son las gafas polarizadas, de óptica, pero la realidad es que todavía nos encontramos personas que adquieren las gafas en mercadillos o en lugares no adecuados y sin seguridad. No se solicita información, ni en los centros especializados, ni en los puestos de socorro; sólo se acude en busca de ayuda cuando ya tienen los ojos irritados y el daño ya está hecho. 

Koldo, ¿en qué momentos se hace más duro este trabajo? 
Cuando existe masificación de gente en las costas y se produce una multitud de incidentes, porque te ves saturado y, en ocasiones, desbordado. Lo que nos supera es la falta de responsabilidad de las personas, que no respeten nuestra función y que, incluso, cuestionen nuestra profesionalidad. 

Muchos de nosotros, identificamos el mar como un rincón de ocio veraniego y vacacional, pero la realidad es que vosotros trabajáis durante todo el año, controlando la seguridad relacionada con las playas y costas. ¿Qué es lo que nunca deben olvidar los bañistas, sea la época que sea? 
Lo identificamos como una zona de ocio. Llegamos a las playas, disfrutamos a tope, pero no nos damos cuenta de los riesgos que se generan. El mar, las corrientes, el sol, la temperatura…son factores que influyen de diferente manera y cambian constantemente, por lo que hay que seguir siempre las indicaciones de los socorristas, que son los que de verdad conocen el terreno. Haciendo caso a las normas de uso, se puede pasar un día agradable, divertido y sin ningún tipo de percance, sea la época del año que sea, porque no nos olvidemos que el mar se utiliza también para multitud de deportes acuáticos. Es muy importante que la gente se hidrate en los momentos de mayor calor, hacer comidas ligeras, protegerse del sol…al final es un conjunto de medidas que siempre deben estar. Los humanos estamos acostumbrados a vivir en urbes, protegidos de las temperaturas y de las inclemencias meteorológicas, con poca a exposición a la naturaleza, y esto hace que, muchas veces, no seamos conscientes de los peligros que puede traer un mal uso del mar

Cuando llega el momento del rescate en el mar, ¿qué protocolo de actuación se sigue? 
En esos casos, primero se mira nuestra seguridad, ante todo, se avisa a los compañeros, se valora la situación, se da paso al rescate, se hace una valoración de la víctima sacándola del agua y, siempre que se puede, se realiza un tratamiento posterior y traslado al centro hospitalario. 

El hecho de salvar vidas, en este trabajo, muchas veces también pone en riesgo la de los propios socorristas. ¿Crees que esto se valora lo suficiente por parte de las personas? 
Creo que no. En el momento que el socorrista ve a alguien en peligro, le entra el “momento adrenalina” y lo que quiere es salvarlo a toda costa; esto hace que se den casos de alto riesgo y de mucho esfuerzo por parte del profesional de la seguridad. Por lo general, el usuario de las playas y costas no valora su trabajo, hasta que no se ve realmente en una situación peligrosa y necesita la ayuda de los socorristas. Afortunadamente, dentro de nuestro equipo no hemos tenido que lamentar ninguna pérdida, pero sí que se han dado casos de socorristas lesionados realizando rescates de personas. 

¿Qué tipo de playas son las más seguras? 
Aquellas que están protegidas, las que no son abiertas al mar. En todas hay que tener cuidado y respeto, pero, sobre todo, en las que su apertura hace que existan mayores corrientes y movimientos de aguas.

Desde Cruz Roja, ¿qué se le exige a un aspirante a socorrista? 
Tiene que ser socorrista acuático, como requisito imprescindible; después, ha de superar unas pruebas físicas de acceso y, además, debe pasar por un periodo formativo, antes de ejercer su trabajo en las playas y costas. Hay de todo, pero los aspirantes a cubrir este tipo de puestos se lo toman muy en serio y vienen cada vez más preparados. La crisis actual también ha hecho que el número de aspirantes el último año sea bastante superior que en los anteriores. 

Las playas españolas se visitan durante todo el año, con diversos fines. Fuera de la época vacacional ¿qué tipo de casos exigen la intervención de los profesionales de la seguridad? 
Las bases de Salvamento Marítimo funcionan los 365 días del año, las 24 horas. Aún así, siguen existiendo incidentes con bastante frecuencia, con el añadido que, lamentablemente, suelen ser casos con un desenlace fatal, ya que no es lo mismo que los socorristas estén en la misma playa a que tengan que desplazarse hasta allí, porque se tarda un tiempo que es crucial. Por eso, siempre hay que tener presentes las normas de seguridad. Fuera del verano, hay menos afluencia de personal en las playas, pero las imprudencias suelen salir más caras. Lógicamente, a las personas que hacen deportes acuáticos no se les puede decir que no hagan uso del mar cuando no hay socorristas, pero a los bañistas sí que se lo pedimos encarecidamente; es importante que no se bañen cuando no hay vigilancia.

Con el paso del tiempo, ¿han surgido nuevas situaciones de riesgos en las playas y costas nacionales? 
 Cada vez hay más usuarios de los deportes acuáticos y, muchas veces, se realizan en los mismos espacios que los de los bañistas, por eso se producen más situaciones de riesgo. 

¿Qué tipo de perfil es el más vulnerable en las playas y costas? 
Los niños y los ancianos. Hay personas mayores que siguen actuando y haciendo las mismas cosas que realizaban cuando eran más jóvenes, pero no son conscientes de que su cuerpo ahora exige unas mayores medidas de seguridad, como una mayor hidratación. Por otro lado, los niños están bajo la tutela de los padres, pero podemos ver en las playas que hay pequeños sin gafas de protección o sin la crema solar adecuada. . 

En las playas vizcaínas, se usa una pulsera identificativa, con el fin de evitar la pérdida de niños. ¿Se han logrado buenos resultados desde su puesta en marcha? 
Da muy buenos resultados a todo el mundo que se pierde y es usuario de esta pulsera, porque la respuesta es mucho más inmediata. Se ha avanzado mucho en este tema, pero todavía hay personas que no la utilizan y los momentos de angustia son mayores, en casos de pérdida. 

Como punto final, ¿cuál dirías que es la cara más amable y la más amarga de este trabajo? 
Lo mejor del trabajo es cuando un rescate llega a buen fin. Lo peor es cuando, a pesar de todo el esfuerzo, hay un resultado dramático y sin solución. Pero es un trabajo muy gratificante a nivel personal. Siempre tengo esto muy presente, si no, no estaría aquí. 

Artículo elaborado por María Alcubilla

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