“El cigarrillo es en sí mismo un iniciador del fuego, tanto en el ámbito doméstico como en el forestal, por lo que esta medida contribuirá a evitar riesgos”.
Tras destacar el dato objetivo de que en países como Finlandia la implantación de los denominados cigarillos autoextinguibles ha hecho descender en un 43 por ciento el número de incendios, Pedro Anitua ha recordado que los incendios declarados en los hogares se originan fundamentalmente en las cocinas y en los dormitorios.
“En este último caso, ha explicado, el fuego lo produce aquella persona fumadora que se queda dormida, con el cigarro encendido, rodeado de materiales altamente inflamables como mantas o colchas”.
Respecto al ámbito forestal, Anitua ha subrayado el hecho de que “muchos de los incendios que afectan a nuestros bosques se producen cuando un fumador arroja, desde su vehículo, un cigarrillo encendido que termina alojado en una cuneta con hierba alta y seca”.
“La medida más eficaz y la más segura es dejar de fumar, pero mientras esto no suceda en un porcentaje del cien por cien, concluyó Anitua, muchos ciudadanos y ciudadanas evitarán verse involucrados en este tipo de incendios”.
